COSTUMBRES

Lo que sí hacíamos era juntarnos después de cenar cuatro o seis amigos a jugar a las cartas (poco pero algún dinero) en aquellas casas donde nos daban cobijo o en el bar, entonces si caía algún gato nos lo cenábamos pues era bastante difícil atraparlos, el más pintoresco fue el de mi tío Justo que se dio cuenta de andábamos tras del gato fue y lo mató él y lo colgó en una ventana para que al sereno y las heladas le quitaran ese olorcillo gatuno rápidamente pues uno de sus hijos era cómplice, con una escalera a media noche se lo llevamos, en otra ocasión otra pandilla más jóvenes tenían en casa de mi tío Modesto, uno más gordo que el nuestro al sereno, le dimos el cambiazo pues para mi la casa de mi tío no tenía secretos y me resultó fácil.la peonza, los cartones, estos se hacían de una baraja vieja, la tarusa, el aro, este ya venía hecho lo sacábamos de los calderos de lata cuando ya no servían.
Las “SOPAS” llamado este juego así porque al saltar decía el que saltaba ¡sopas! el citado juego
consistía en hacer una raya en el suelo, al lado se ponía uno agachado los demás saltábamos sobre él sin tocarle (solamente las manos en su espalda) el que perdía a ponerse debajo, a continuación el que se ponía agachado separa un paso más de la raya y después otro más y así hasta donde podíamos llegar, había una jerarquía en este juego, el que primero que se le ocurría jugar a él decía, yo “prime” uno tras otro y así el último en reaccionar se ponía debajo. Lógicamente la primacía de saltar el 1º se […]

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Por |22 febrero, 2013 1:02|COSTUMBRES|0 comentarios

Se les daba remolacha picada solamente a las que daban leche y a las recién paridas se les daba la “empajada” que consistía en paja, harina y agua caliente todo ello bien mezclado, a las recién paridas se las daba el agua templada, se las ponía una manta si salían al campo en los meses fríos, nosotros mirábamos mucho por ellas no como ahora que las echan al monte y no miran por ellas ni en invierno, también picábamos la leña para cocinar y calentar la cocina, el resto de la casa estaba como una nevera, si nevaba mucho había que espalar untábamos la pala con brea o sebo para que no se pegara la nieve a ella, había que calentarla al fuego. Una vereda a la cuadra, otra la corte de las ovejas y otra de salida a la calle, también había que espalar la carretera, uno por por cada casa para que pudiera subir el coche de línea de Catalina que tenía su sede en Puebla de Lillo, los de Vegamián teníamos que bajar espalando hasta más abajo del molino, (llamado también las Ventas de Ferreras pese a que estaban en terreno de Campillo), de la Venta para arriba hasta Madrevil, otro tramo los de Lodares, otro los de Utrero y después los de Armada y así sucesivamente, (pasábamos panzadas de frío sobre todo en los pies).
También teníamos que subir al tejao sobre todo si era viejo a tirar la nieve al suelo más de una casa se hundió pues el armazón no aguantaba semejante peso ¿medio metro? fácilmente, se decía que la nieve era negra sobre todo por los problemas que a veces causaba, también en ese mes se estaba curando la […]

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Por |22 febrero, 2013 1:01|COSTUMBRES|0 comentarios

No se podía salir al campo el ganado vacuno no salía de la cuadra más que para beber agua unas al Reguerín, otras a la Sapera y otras a la entrada del camino de la vega, también los había que se la daban en casa, pozos había muy pocos la mayoría teníamos lo llamábamos la “bomba” era este un artilugio acoplado a un tubo clavado en la tierra a unos cuatro metros de profundidad con una pila de cemento al lado y allí bebía el ganado, también servia para el consumo humano, lo primero al levantarnos era darles la primera comida del día hierba seca un día y otro también, a continuación el ordeño a mano sentados en
una tajuela, había alguna vaca que cuando más descuidado estabas soltaban una patada y lo primero que
salía por los aires era el caldero con más o menos leche, a partir de ahí lo primero que se hacía con esa vaca era manearla (atarle las patas traseras) después a ordeñar tranquilamente.
Pasábamos el día mesando la hierba con un garfio lo más parecido a la punta de un anzuelo al que llamabamos “garabito”, trabajo duro puesto que estaba muy prensada, y a sus horas a “cebar” que así decía- mos a dar de comer a las vacas, limpiábamos la cuadra sacábamos el abono pues así llamábamos al estiercol, limpiábamos las vacas con una rasqueta y un cepillo de raíces y asi se pasaba la mañana, al mediodía a beber agua a la presa más cercana (yo las llevaba al Reguerín) mientras les llenábamos el pesebre de hierba, al anochecer otra vez a beber al mismo lugar incluso a veces iban solas y volvían rápidamente a la cuadra.

JESUS GARCIA

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Por |22 febrero, 2013 1:00|COSTUMBRES|0 comentarios

ENERO

ENERO,
Por lo general grandes nevadas a la vez que fuertes heladas, de chavales e incluso mayores en cualquier sitio hacíamos un “resbalero” la charca de las Llamargas, la acera de los “chispas”, la huerta de mi tío Ezequiel pues al no tener el agua salida se formaban unos hielos enormes en la parte baja, incluso en las propias veredas de las calles, cuantas veces llegábamos tarde a la escuela por estar resbalando un poco más, otros juegos que teníamos, (estos para más adelante y siempre que la climatología lo permitía) eran la peonza, los cartones, estos se hacían de una baraja vieja, la tarusa, el aro, este ya venía hecho lo sacábamos de los calderos de lata cuando ya no servían.
Las “SOPAS” llamado este juego así porque al saltar decía el que saltaba ¡sopas! el citado juego
consistía en hacer una raya en el suelo, al lado se ponía uno agachado los demás saltábamos sobre él sin tocarle (solamente las manos en su espalda) el que perdía a ponerse debajo, a continuación el que se ponía agachado separa un paso más de la raya y después otro más y así hasta donde podíamos llegar, había una jerarquía en este juego, el que primero que se le ocurría jugar a él decía, yo “prime” uno tras otro y así el último en reaccionar se ponía debajo. Lógicamente la primacía de saltar el 1º se perdía al haber otro que lo hacía mejor y que automáticamente saltaba el 1º, los más ágiles podían saltar sobre el agachado un metro desde la raya sobre él y sin tocarle más que con las manos, la ciencia de este juego estaba en dar el menor número de saltos dependiendo de la […]

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Por |22 febrero, 2013 0:59|COSTUMBRES|0 comentarios